Texto del libro "Crepusculaciones", el mas reciente.

“OJALÁS”

Ojala, mis hojas siempre
Podrían llenarse de poesía,
Si, y digo ojala, en el sentido más exclamativo al que tal palabra llega,
No se, tal vez, un ¡¡¡ojala!!! (Con tres signos, siempre con tres)
Ojala, es una palabra que no me hace sentir cómodo,
Que prefiere otros puntos básicos de la vida,
tales, la esperanza, la ilusión,
tales, tantos “tales” como “ojalas” posibles.
Así, mi hoja, que pretendía, en su afán codicioso y totalizador, llenarse de poesía (y no creo que exista afán mas codicioso y totalizador que pretender poesía), se llena de
Ojalas,
Ojalas simples y ojalas virtuosos, ojalas vivos y ojalas muertos,
Y estarán sin duda alguna
Esos ojalas que sienten luego de haber puesto la pava en la hornalla:
Que la vida es egoísta y no mira las verdades catastróficas, justamente esas que no dejan vivir, así se lamentan del agua, que sigue sobre la hornalla, con cada segundo que pasa, mas caliente, y más, y más,
Mientras ellos, estornudan dos veces (seguidas instantáneamente), caminan veintitrés pasos, van al baño, se lavan las manos, piensan en una mujer, y en quienes habrán participado en la construcción de la casa (sus vidas, su familia), especialmente quien habrá puesto los ladrillos de la pared donde esta el cuadro de los caballos (que es lo que hace que uno se sienta en casa). Y es inconcebible luego, que la pava nunca haya dejado de recibir calor durante el desarrollo de esas paralelas acciones, importantemente cotidianas.
Si, y los ojalas también lloran (lo he comprobado)
Con esa percepción aguda que tienen de las cosas,
Es tal, que veo siete u ocho ojalas llorando
Frente al agua que hierve
Se lamentan
Y preguntan
Como seguir viviendo si el agua esta en la hornalla,
Si el agua hierve.

Ahora el problema,
Como detener nuestras vidas para hervir el agua,
Tantas veces, tan difícil acción,
Tan difícil

Ojala,
Ojala,

Y ellos lloran, si… lloran por la injusticia de no poder detener sus vidas.


(TOMMM)